Estrategias
de dominación y planos de construcción de la hegemonía mundial
Ana Esther
Ceceña*
…
nuestra dificultad para encontrar las formas de lucha adecuadas,
¿no proviene de que ignoramos todavía en qué consiste el poder?
el poder es la guerra, la guerra continuada con otros medios…
Michel
Foucault
El
mundo capitalista, su expansión y sus límites, se construyen
sobre la base de la competencia. La competencia y el incremento
constante de la ganancia, la lucha por el poder, la apropiación
ilimitada de recursos de todos tipos y la confrontación
permanente de horizontes políticos y civilizatorios es el motor
que estimula el desarrollo incesante de las fuerzas productivas y
de todos los mecanismos que contribuyen a fijar las reglas y
márgenes del juego del poder y a entrar en la arena en
condiciones de ganador. En este sentido, es de esa competencia y
de esa situación consustancial de conflicto de donde emergen las
posibilidades, contenidos y
alcances de la conformación del sistema mundial y de sus espacios
de vulnerabilidad.
Se
trata, sin duda, de un proceso social que, como reconoce
experimentadamente George
Soros[1],
está lejos de responder a leyes naturales de comportamiento y en
el que los sujetos (las clases, los grupos, los pueblos), son los
que construyen la historia. Una historia marcada por el conflicto,
plena de contradicciones y en la que el poder es simultáneamente
combatido y disputado y tiene que reconquistarse y rediseñarse
día tras día.
La
historia es una construcción social, es escenario de actuación,
disipación y reconformación de sujetos y, entre éstos, sin duda,
el sujeto más organizado, con mayor coherencia y mecanismos de
sustentabilidad en el mundo contemporáneo es el de la gran
burguesía asentada en Estados Unidos. Esta burguesía, la más globalizada
de todas, ha sabido construir un Estado capaz de expresar sus
intereses e ideología particulares como de la sociedad en su
conjunto, no sólo nacional sino mundial, y hacerlos valer
utilizando todos los elementos a su alcance: militares,
tecnológicos, financieros, diplomáticos y culturales.
Las
formas de representación de este poderoso sujeto histórico
varían y su práctica social de dominio y acumulación de poder
se expresa de manera diversa de acuerdo con sus planos de
actuación y con el conjunto dinámico de elementos que componen
la complejidad concreta en que se juega la capacidad hegemónica
global.
La
hegemonía es, en todos los terrenos, la búsqueda principal y el
emblema de la victoria. En una sociedad regida por la competencia
y el conflicto, el triunfo propio y la derrota del contrario
constituyen su ethos y el elemento ordenador de las
relaciones sociales.
Si
la aproximación al análisis del sistema mundial se hace a partir
de los sujetos en conflicto y no de sus expresiones cosificadas,
es posible percibir el problema de la competencia como un campo de
batalla en el que la posición y las estrategias empleadas son los
elementos de definición de resultados.
La
hegemonía y sus planos de construcción
La
hegemonía es una categoría compleja que articula la capacidad de
liderazgo en las diferentes dimensiones de la vida social[2].
El hegemón o líder, que en este caso es necesariamente un sujeto
colectivo, tiene que ser capaz de dirigir por la fuerza y por la
razón, por convicción y por imposición. Es decir, la hegemonía
emerge de un reconocimiento colectivo que comprende tanto
cualidades o preceptos morales que adquieren estatuto universal
como la energía o fuerza para sancionar su cumplimiento.
Gramsci,
preocupado no tanto con la relación entre estados sino con la
organización de la clase obrera y su capacidad para formular una
interpretación del mundo que trascendiera a la de la burguesía,
la define justamente como la capacidad para transformar la
concepción propia, particular, en verdad universal[3],
sea porque las condiciones materiales que la generan y la acción
del sujeto colectivo que la sustenta logran construir amplios
consensos, sea porque todos los mecanismos de corrección social y
establecimiento de normatividades afines a esta concepción del
mundo se imponen como esencia moral y valores compartidos,
mediante el recurso a la violencia en todas sus formas,
justificando así la sanción a la disidencia en cualquiera de los
campos de la vida social.
La
hegemonía es más una construcción de imaginarios que lleva a la
reorganización de las prácticas sociales en consecuencia, pero
la construcción de imaginarios no es una externalidad del
sistema social sino su producto más profundo: “La hegemonía
nace de la fábrica y para ejercerse sólo tiene necesidad de una
mínima cantidad de intermediarios profesionales de la política y
de la ideología”[4].
Para Gramsci la esencia de la concepción del mundo está en la
vida cotidiana, en la relación concreta y específica de los
trabajadores italianos con el mundo, relación que empieza por su
espacio de socialización fundamental: la fábrica. Es decir, la
concepción del mundo no es impuesta por Leviatán, éste
contribuye a forjarla garantizando el cumplimiento de las normas
morales reconocidas colectivamente (aunque por un colectivo
contradictorio), pero la realidad inmediata del trabajador es la
que traza sus horizontes de comprensión y de posibilidad.
La
hegemonía sólo es posible mediante un compromiso establecido
colectivamente que lleva a avalar y compartir las reglas de un
juego que, si no brinda perspectivas de ganar, por lo menos no
atenta contra la cohesión social; la gobernabilidad está
garantizada siempre y cuando se juegue, sin cambiar las normas,
aun sabiendo que el juego no nos pertenece aunque nos incluya.
La
hegemonía entendida así, como reconocimiento de un orden social
en calidad de natural o inapelable, mediante la incorporación de
sus valores como universales y producto del compromiso colectivo,
requiere de una construcción simultánea en varios planos:
à
militar,
creando las condiciones reales e imaginarias de invencibilidad
à
económico,
constituyéndose en paradigma de referencia y en sancionador en
última instancia
à
político,
colocándose como hacedor y árbitro de las decisiones mundiales
à
cultural,
haciendo de la propia concepción del mundo y sus valores la
perspectiva civilizatoria reconocida universalmente.
Para
los generales del Departamento de Defensa (DoD) de Estados Unidos,
cuyo saber está orientado por la eficiencia práctica, la
hegemonía se plantea como objetivo inapelable y su búsqueda se
circunscribe al diseño de las mejores estrategias para asegurarla[5].
Su misión consiste en defender los intereses nacionales[6]
de Estados Unidos en cualquier circunstacia y cualquier parte de
la greografía mundial. La hegemonía en este caso, definida
directamente como dominación o libertad para poner y disponer a
lo largo y ancho del horizonte, es un supuesto que antecede la
formulación de su política.
“El
mantenimiento de la fuerza militar y la capacidad de usarla en
defensa de los intereses de la nación y del pueblo es esencial
para la estrategia y compromiso con los que Estados Unidos se
aproxima al siglo XXI (...) Como la única nación en el mundo que
tiene la capacidad para proyectar un poderío militar de
envergadura planetaria para conducir con efectividad operaciones
militares de gran escala lejos de sus fronteras, Estados Unidos
tiene una posición única (...) Para mantener esta posición de
liderazgo, Estados Unidos debe contar con fuerzas prestas y
versátiles capaces de enfrentar un amplio espectro de actividades
y operaciones militares: desde la disuación y derrota de
agresiones en gran escala hasta la participación en contingencias
de pequeña escala y el enfrentamiento de amenazas asimétricas
como el terrorismo.”[7]
Los
intereses vitales de Estados Unidos, en torno a los cuales se
organiza toda la actividad del DoD, comprenden:
à
Proteger
la soberanía, el territorio y la población de Estados Unidos
à
Prevenir
la emergencia de hegemones o coaliciones regionales hostiles
à
Asegurar
el acceso incondicional a los mercados decisivos, a los
suministros de energía y a los recursos estratégicos.
à
Disuadir
y, si es necesario, derrotar cualquier agresión en contra de
Estados Unidos o sus aliados.
à
Garantizar
la libertad de los mares, vías de tráfico aéreo y espacial y la
seguridad de las líneas vitales de comunicación.[8]
Las
dimensiones del escenario
El
escenario en el que se dirime la hegemonía mundial se modificó
sustancialmente con dos acontecimientos paradigmáticos, cada uno
de los cuales con implicaciones y secuelas de diferente carácter:
à
La
derrota de la guerra en Vietnam, que provocó indirectamente una
crisis de sobreproducción en el sector militar y la urgencia por
racionalizar los enormes recursos empleados en una aventura
malograda.
à
El
estallido del mundo socialista que provocó la repentina
ampliación de territorios a ser controlados e incorporados.
El
primer acontecimiento aceleró la crisis del fordismo o de la
producción en masa desarrollada bajo los auspicios de la escalada
bélica y provocó una profunda reestructuración en los procesos
de producción, que en muchos momentos abrió espacios de
vulnerabilidad en áreas de definición tecnológica estratégica
de Estados Unidos, y llevó a un reposicionamiento importante de
Europa y Asia en el nuevo escenario de la valorización del
capital. No obstante, como veremos más adelante, el juego
estratégico de la burguesía asentada en Estados Unidos terminó
por recomponer las condiciones de superioridad y liderazgo de
Estados Unidos en la fijación del paradigma tecnológico y en el
control de los recursos y los territorios estratégicos.
El
segundo acontecimiento es resultado de la guerra fría y sin duda
un logro de la fuerza global articulada por Estados Unidos. La
gran porción geográfica que representan esos territorios, el
enorme número y amplio espectro de calificaciones de los
trabajadores potenciales que aportan, los yacimientos de
petróleo, uranio y el resto de los minerales y otros recursos
esenciales que contienen[9],
los convierte en un campo estratégico de disputa por el poder
económico mundial. El estallido del ex mundo socialista significa
una modificación de posibilidades relativas de los principales
actores del juego del poder pero el riesgo político que entraña
todavía, su parcial ingobernabilidad y la incógnita acerca de
los conflictos activos que cobija, impiden vislumbrar claramente
el futuro de su incorporación en el concierto mundial.
Las
enormes riquezas naturales de esa región, que constituían uno de
los elementos de contención al poder concentrado por Estados
Unidos, no se vierten todavía claramente sobre el mercado mundial
aunque, efectivamente, su fragmentación ya no autoriza a
considerarlos como contrapeso. Lo mismo ocurre al quedar
desarticulado el gran potencial bélico, científico y
tecnológico desarrollado por el bloque socialista y que en buena
medida está representado por sus científicos o por los
especialistas de diferentes tipos concentrados en sus sistemas de
seguridad (los criptógrafos de la KGB, por ejemplo). Esto
justifica el interés particular que conceden las estrategias de
seguridad nacional de Estados Unidos a la estabilidad política y
a la defensa de las “causas de la democracia” en esta región.
El
escenario global del que dispone el sistema mundial capitalista se
amplió notablemente. Sin embargo incrementó la incertidumbre y
modificó sus elementos de riesgo: se pasó del riesgo controlado
o calculado, al impredescible. La gran tecnología bélica
y la superioridad en efectivos entrenados que fueron puestos en
acción en Viet Nam no pudieron vencer al ejército del pueblo
que, si bien peleó en la guerra, se componía de civiles sin
disciplina ni entrenamiento bélico; fue una guerra de resistencia,
no convencional ni con normatividades preconcebidas, como las que
amenazan con repetirse, hacia el futuro cercano, en versiones tan
variadas como las del mosaico cultural que subyace a la
edificación capitalista simbolizada por el pensamiento único.
Por otro lado, hay un desplazamiento difuso de un conjunto de
“poderes” locales que desdoblan o cuestionan las
organizaciones nacional-estatales militarizadas (abierta o
encubiertamente) provocando una relativa indefinición societal y
la ruptura de normas establecidas; mafias, drogas, saqueos y un
conjunto de fuerzas desatadas que no reconocen autoridad y
funcionan con lógicas inesperadas tomaron el lugar del enemigo
ordenado y previsible o del aliado incondicional capaz de mantener
el control social en su jurisdicción.
Efectivamente
el horizonte se amplió pero su control se hizo más difuso. Ni el
mayor hegemón, constituido ahora como poder global[10],
es capaz de dominar todas las fuerzas sociales, organizadas o
descontroladas, que lo conforman. En este contexto el diseño de
estrategias y el propio pensamiento estratégico se coloca en un
lugar central dentro de la organización de la dominación y la
competencia. Esto repercute en la tonalidad militarista que han
ido adquiriendo las relaciones mundiales, y que tiene evidentes y
profusas manifestaciones en la vida cotidiana y en la creación de
imaginarios, y explica por qué la teoría y la praxis militar se
han ido comiendo los espacios de expresión de lo político.[11]
Formas
de representación del sujeto hegemónico
La
discusión en torno a las formas que asume la representación de
la clase, o de una de sus partes, como expresión visible de una
concepción del mundo que corresponde al imaginario creado por el
ejercicio cotidiano del poder es muy amplia. El Estado, como
espacio de síntesis de las contradicciones y dinámicas sociales,
no es ni puede ser concebido de manera simplista como el instrumento
de la clase dominante, si bien de acuerdo con Michel Foucault
“… poder es esencialmente lo que reprime”.[12]
El estado efectivamente representa los intereses y
concepciones dominantes de la sociedad que le da sustento pero no
constituye su expresión directa. El estado es un espacio de
mediación y en esa medida es que puede constituirse en
representación colectiva del imaginario social, construido sobre
la base de relaciones de poder y de dominación entre las clases y
grupos. El estado es expresión de las relaciones hegemónicas
dentro del universo social que lo conforma, sin perder la
dimensión de sus contradicciones.
Sin
entrar más en el terreno de una discusión que exige una
reflexión aparte, el estudio de la economía mundial, de las
relaciones mundiales de dominación y de la construcción de la
hegemonía en ese mismo nivel tiene como uno de sus referentes
fundamentales al Estado norteamericano. Éste efectivamente
aparece como el articulador y cabeza del capitalismo mundial, y
como el portador y garante de los valores que, siéndole propios,
son presentados, y resguardados, como universales. El
norteamericano, a la fecha, es el único Estado que tiene la
posibilidad real de ser representante, globalmente, de
un poder también global que emerge, entre otros, de la
escala planetaria alcanzada por sus procesos económicos,
militares y, en cierta medida, culturales.
???;?/o:p>
No
obstante, ese poder global, en el ámbito económico (productivo,
tecnológico, comercial, financiero) es producto de la praxis
capitalista de la gran burguesía. El protagonista directo del
proceso de transnacionalización de la economía es esa parte de
la clase dominante que se ha dado en llamar gran capital,
término que la identifica pero que elude su significación como
sujeto.
La
gran burguesía transnacional asentada en Estados Unidos, a la que
llamaremos gran burguesía norteamericana para abreviar (aunque
este término requiera múltiples precisiones), es la portadora
del emblema paradigmático del sistema mundial de producción,
entendido en su sentido más amplio. Dentro del imaginario
mundial, aun considerando el reconocimiento del liderazgo parcial
de sus competidores-socios[13],
los símbolos del paradigma dominante siguen siendo enarbolados
por IBM, Intel, Microsoft, INTERNET[14],
Novartis, Monsanto, General Motors, Chrysler, Exxon, Texaco,
AT&T, ITT, Hughes y tantos otros que, como Coca Cola y
Sabritas contribuyen a definir los referentes de la vida y la
reproducción social.
El
trayecto entre el establecimiento de liderazgos y la construcción
de un reconocimiento general de superioridad y dirigencia sólo es
posible mediante la conformación de un sujeto con múltiples
formas de representación articuladas. El sujeto dominante del
proceso general de reproducción o del sistema capitalista mundial
está constituido por la gran burguesía norteamericana que
aparece bajo la forma de las grandes empresas transnacionales, de
los cuantiosos flujos de capital financiero que van haciendo y
deshaciendo economías y del Estado norteamericano, como portador
del interés general y de los valores universales.
Es
decir, el sujeto social dominante es un sujeto que se desdobla[15]
y que aparece, desde nuestra perspectiva, bajo dos formas
fundamentales: la del Estado norteamericano y la de las grandes
empresas transnacionales de base estadounidense. Por ello, las
estrategias parciales de dominio y competencia en los mercados, y
las políticas del Estado en el terreno de la seguridad nacional,
mantienen una coherencia impecable en las líneas generales.
????;?
Las
estrategias de reafirmación de la hegemonía.
Entendemos
que existe una gran cantidad de mediaciones entre la acción
individual y la síntesis social que permite construir y/o
identificar a un sujeto colectivo. No obstante desentrañarlas es
parte de una tarea también colectiva a la que sólo intento
sumarme modestamente.
Para
ello propongo realizar un acercamiento al pensamiento del
Pentágono por la vía de su concepción de lo estratégico.
El
planteamiento más completo y sistemático sobre el ethos
hegemónico está explicitado en los documentos oficiales del DoD
y particularmente en los que se ocupan del diseño de las
estrategias de defensa de la seguridad nacional de Estados
Unidos, trazados desde la última Quadrennial Defense
Review (QDR).
La
estrategia de seguridad nacional para un nuevo siglo
El
Secretario de Defensa, William Cohen, en ocasión de rendir su
informe de 1998 al Congreso, ha señalado que: “América inicia
el nuevo milenio como la única superpotencia mundial, como la
nación indispensable”.
De
acuerdo con el Annual report to the President and the Congress.
National security strategy for a new century,
..Estados
Unidos se encuentra en un periodo de oportunidad estratégico. La
amenaza de guerra global ha retrocedido y los valores
fundamentales de la nación de democracia representativa y
economía de mercado son adoptados en muchos lugares del mundo
(...) Sus alianzas (...) se adaptan exitosamente.[16]
Los
objetivos generales que debe garantizar el DoD dentro de esta
estrategia de liderazgo para el nuevo milenio son
????;?span>
à
Asegurar
la creación de un ambiente internacional favorable a los
intereses de Estados Unidos.
à
Tener
la preparación y presteza necesarias para responder al amplio
espectro de crisis que amenaza los intereses de Estados Unidos.
à
Tener
la previsión necesaria para estar preparados ante la
incertidumbre del futuro cercano.
La
política de defensa de los intereses nacionales de Estados
Unidos, que es la razón de ser del estado norteamericano,
está sintetizada en estos tres objetivos, sin embargo cada uno de
ellos enci????;?erra una enorme complejidad y supone una acción
compartida y coherente de todas las representaciones desdobladas
del sujeto hegemónico. Es decir, lo estratégico es un campo
interdisciplinario en el que sobre todo se pone en evidencia “..l’articulation
l’une avec l’autre de l’économie et de la violence comme
double système de menace..” (Joxe:1997).
En
efecto existe una estrecha vinculación entre los intereses
económicos y geoestratégicos que tiene como eje la ventaja y/o
dominación tecnológica y que se manifiesta lo mismo en la
estrategia de competencia de las empresas productoras de los
sistemas y equipo de producción para uso civil que en los
criterios de seguridad aplicados a la producción y concepción de
los sistemas de comunicación o armamento utilizados por las
fuerzas militares norteamericanas.
Desde
1940 hasta el presente, el Departamento de Defensa (DoD) ha
encabezado agresivamente la revolución en la tecnología de
información: la investigación y desarrollo en tecnología de
información ha sido y sigue siendo una de sus competencias
fundamentales.
????;?La
Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA) del DoD,
líder en tecnologías avanzadas, apoya a la industria a mejorar
la arquitectura y aplicaciones de la infraestructura nacional de
información (NII)”. “DoD, como el mayor usuario de los
servicios de información hace sustanciales inversiones en
infraestructura de información. (Deutch:1994)
El
grado de objetivación de los conocimientos y experiencias en
todos los planos de la vida social alcanzado por las fuerzas
productivas establece una barrera o sanción
tecnológica que se emplea en el terreno económico como
instrumento de eliminación de la competencia y de atracción de
rentas tecnológicas (de plusvalor extraordinario), es decir, de
construcción de una posición de superioridad y liderazgo; y en
el terreno militar como elemento de superioridad estratégica y de
control o sometimiento del enemigo (el otro que compone la
casi totalidad de la población mundial).
1.
Asegurar la creación de un ambiente internacional favorable a los
intereses de Estados Unidos.
La
creación de un ambiente favorable a los intereses de Estados
Unidos supone, en realidad, el sometimiento de cualquier
expectativa de autodeterminación por parte del resto del mundo,
así como una renuncia de hecho a la historia y cultura propias.
Como es evidente, esta renuncia al propio ser requiere
efectivamente de la construcción de un contexto que la haga
posible y que, incluso, la haga aparecer como voluntad general.
El mercado y la democracia, los dos pilares ideológicos de la
ofensiva hegemónica, sintetizan esta política, no obstante, no
sólo se requiere de la imposición o inducción de un imaginario amigable con estos principios
y, sobre todo, con el contenido que les asigna la ideología del
pensamiento único, aunque el impacto y penetración de los medios
de comunicación masiva es un eficaz creador de consensos mediante
la aculturación o directamente la asimilación cultural que
promueve. La persuación en este terreno no parece sin embargo
suficiente, a juzgar por la gran cantidad de movimientos de
resistencia o confrontación abierta que ha desatado. Se necesitan
alicientes más efectivos y confiables, como los que pone en
prá????;?ctica el DoD:
Además
de los otros instrumentos de poder como la diplomacia y las
inversiones y el comercio económicos, el DoD tiene un
papel esencial en la conformación de un ambiente internacional
seguro desde la perspectiva de la promoción y protección de los
intereses nacionales de Estados Unidos (...) fuertemente integrado
con los esfuerzos diplomáticos. (Cohen:1999. Subrayados míos)
Las
finalidades declaradas son tres:
·
Promover
la estabilidad regional.
Fortalecimiento de los aliados y de sus compromisos y vínculos
con Estados Unidos mediante, entre otros, transferencia de equipo
y armamento y actividades de entrenamiento.
·
Prevenir
o reducir conflictos y amenazas.
Esta es una de las piezas clave de la estrategia. Las medidas de
prevención se enfocan en: reducir o eliminar las potencialidades
o capacidades nuclear-biológica-química (NBC); prevenir y
disuadir el terrorismo y reducir la vulnerabilidad de Estados
Unidos mediante el incremento en la gama de actividades de
inteligencia; proteger la infraestructura decisiva y al personal
del DoD; disuadir la producción y afluencia de drogas ilegales en
Estados Unidos y sus espacios circundantes; aminorar las
condicones estimuladoras de conflictos.
·
Disuadir
agresiones
mediante el empleo de las fuerzas estadounidenses de paz en
regiones clave y mediante la demostración explícita de su
poderío y capacidad para garantizar la seguridad de sus intereses,
y la voluntad para hacerlos valer, donde y cuando sean desafiados.
Es
decir, habría dos mecanismos para cumplir con la alta misión que
tiene asignada el DoD y que se extiende a un territorio definido
no por las fronteras sino por los intereses nacionales de
Estados Unidos: la aceptación universal de
estos intereses por encima de los de las otras naciones y
la inhibición o desactivación temprana de cualquier indicio de
disidencia, o, lo que es lo mismo, de autonomía de decisión del
resto de las naciones o los pueblos del mundo.
2.
Tener la preparación y presteza necesarias para responder al
amplio espectro de crisis que amenaza los intereses de Estados
Unidos.
A
pesar de los avances en la construcción de un ambiente favorable,
el mundo sigue siendo complejo, dinámico y peligroso desde la
perspectiva del propio DoD, que identifica las siguientes
tendencias como amenazas a su seguridad:
à
Conflictos
transfronterizos de larga escala (notoriamente Irak-Irán y las
Coreas).
à
Fracaso
o desvanecimiento de algunos estados previsto de aquí al año
2015 (notoriamente Yugoslavia, Albania y Zaire)
à
Peligros
transnacionales: Violentas organizaciones terroristas de
motivación religiosa que han eclipsado a las más tradicionales
de motivación política y organizaciones terroristas con
motivaciones étnicas o nacionalistas. Complejización y
sofisticación de los movimientos sociales que identifican como
terroristas o de amenaza al sistema. Tráfico de drogas y de
armamento, que tienden a desgastar la legitimidad de gobiernos
amigos. Desastres ambientales. Y, curiosamente ubicados como
peligro trasnacional, “incontrolados flujos de migrantes”.
à
Afluencia
de tecnologías potencialmente peligrosas. El vínculo entre
conocimiento letal y movimientos terroristas dedicados a
catástrofes masivas representa un nuevo paradigma para la
seguridad nacional. Los conocimientos letales que se enuncian son
de tres tipos, todos relacionados con los espacios estratégicos
de control tecnológico: los que conciernen a la fabricación y
proliferación de armas nucleares, biológicas o químicas (NBC);
los que conciernen a la fabricación de vehículos aéreos y
medios para contorlar el espacio; y los que conciernen a la
capacidad para generar, utilizar o inutilizar información que
pueda ser empleada con fines de control o desestabilización.
à
Hay
otros riesgos relacionados con situaciones impredescibles (wild
card scenarios) como la emergencia de inanticipadas amenazas
tecnológicas; la pérdida de acceso a las facilidades decisorias
y a las líneas de comunicación en regiones clave; la llegada de
partidos hostiles en países amigos. “La capacidad militar de
Estados Unidos debe ser suficientemente flexible para hacer frente
a estos eventos inesperados”. (Cohen:1998)
???;?/font>/p>
3.
Tener la previsión necesaria para estar preparados ante la
incertidumbre del futuro cercano.
Esta
iniciativa se compone de cuatro partes principales:
à
Modernización
tecnológica que incorpore innovaciones de frontera.
à
Revolución
en los asuntos militares desarrollando las habilidades militares.
“...las revoluciones tecnológicas han afectado la naturaleza
del conflicto”. Por eso, se propone
..guarecerse
mediante nuevas tecnologías que ofrezcan a las fuerzas
estadounidenses mayor capacidad a través de conceptos, doctrina y
organizaciones avanzados, que les permitan dominar cualquier campo
futuro de batalla, incluyendo los asimétricos.” Hay que
fortalecer “ambas, la cultura y la capacidad o aptitudes.
(Cohen:1998. Subrayados míos)
à
Revolución
en la ingeniería de infraestructura y apoyo.
à
Protegerse
de futuras amenazas para ser capaces de manejar los riesgos en un
ambiente de recursos restringidos. Para ello, es necesario mantener
un amplio esfuerzo en investigación y desarrollo; vincularse con
industrias especializadas en nuevas tecnologías; y desarrollar
programas de R & D que posibiliten la adopción o
adaptación de las tecnologías comerciales a las necesidades
militares. Una iniciativa de gran amplitud contra las amenazas
futuras requiere garantizar que las fuerzas estadounidenses tienen
la capacidad de inteligencia necesaria.
El
eje tecnológico en la estrategia de liderazgo mundial para el
siglo XXI
El
enorme cúmulo de conocimientos concentrados y vertidos en la
creación de una amplia y pormenorizada estructura de
automatización y apropiación de la naturaleza ha complejizado la
organización social en todas sus dimensiones, incluida por
supuesto la militar. Por ello, y considerando el cambio en el
escenario mundial y la consiguiente “revolución en los asuntos
militares” contemplada en el QDR
(Cohen:1998), la innovación tecnológica y la posibilidad de
colocarse en la frontera del conocimiento en los campos
fundamentales adquieren la mayor prioridad.
El
término de la guerra fría, las escalas planetarias del
proceso de reproducción, dominación y competencia y la variedad
de escenarios y universos culturales que componen la totalidad
mundial otorga a las actividades de inteligencia y prevención (o
represión anticipada) de conflictos una enorme importancia: “La
inteligencia representa la primera línea de defensa” (Deutch:1994).
Esto
no cancela la necesidad de establecer una superioridad en la
calidad de los armamentos y en los mecanismos correspondientes a
la guerra convencional sino que multiplica los terrenos de
búsqueda tecnológica y otorga a la centralización y
procesamiento de información un lugar estratégico. A decir de
Foucault, “El poder no tiene necesidad de ciencia sino de una
masa de informaciones que, por su posición estratégica, él es
capaz de explotar.” (1977,
p. 121)
Para
ello, dentro de los que se consideran los posibilitadores
decisivos de esta línea estratégica se encuentran:
à
Un
sistema de inteligencia con alcance global.
à
Comunicaciones
globalizadas e impedimento de interferencia por parte del enemigo.
Control de los mares y el espacio aéreo.
à
Superioridad
en espacio. Reconocimiento, vigilancia, inteligencia, computadoras,
comunicaciones, control y dirigencia globales (command, control,
comunications, computers, intelligence, surveillance and
reconnaissance, C4ISR). Para mantener la ventaja actual
en el espacio, aun cuando más usuarios desarrollen sus
capacidades, Estados Unidos debe dedicar suficientes recursos de
inteligencia para monitorear a los usuarios externos de activos
asentados espacialmente.
Para
ser realmente una fuerza de amplio espectro, los militares
estadounidenses deben ser capaces de derrotar incluso a los
adversarios más innovadores. Quienes se oponen a Estados Unidos
utilizarán crecientemente estrategias y tácticas no
convencionales para compensar la superioridad de Estados Unidos. (Deutch:1994)
La
tecnología, a la usanza capitalista, es sin duda la manera de
establecer espacios privados de control y ventajas que generen
condiciones para la construcción y el ejercicio del poder. Este
poder se construye y se manifiesta, como se señaló al inicio, en
las cuatro dimensiones principales de organización y
reproducción de la sociedad mundial y, por ello, en todas ellas
es posible identificar una infraestructura tecnológica que sirve
como eje de articulación y, evidentemente, de dominación.
Para
efecto de argumentar la coherencia y colaboración entre las dos
figuras de representación del sujeto hegemónico que mencionamos
en un inicio, es posible identificar algunos mecanismos de alta
prioridad tanto para las agencias de seguridad de Estados Unidos
como para la gran burguesía trasnacional estadounidense:
à
Uso
dual de la tecnología,
militar y civil. Las investigaciones realizadas por la agencia de
investigación y desarrollo del DoD, ARPA, fueron la base de la
graficación por computadora; del tiempo compartido; de los
paquetes con interruptores que más tarde dieron lugar al ARPANET,
de donde derivó el INTERNET; de la inteligencia artificial que
comprende el reconocimiento de voz, los sistemas expertos y la
visión digital; y de la ingeniería informática. Los esfuerzos
tecnológicos de ARPA van desde investigación básica hasta
aplicaciones avanzadas y testbeds.
Ya
en 1994 ARPA estableció varios proyectos experimentales de redes
gigabit/segundo para explorar en arquitectura, manejo y seguridad
de redes y, actualmente, las
líneas dorsales que dan soporte a la red ABILENE en Estados
Unidos, instaladas por MCI, tienen una velocidad de 8 gigabits/seg
mientras que la mejor red alemana, que es la que le sigue, tiene
una velocidad de 2 gigabits/seg. La diferencia cualitativa es
abismal y establece una brecha que tiene repercusiones en todas
las actividades relacionadas con esas redes. (Ornelas:2000)
Asimismo,
el desarrollo de las nuevas tecnologías de comunicación
constituyó un componente esencial de la plataforma de despliegue
de la producción mundial posfordista, es decir, de los procesos
de trabajo off shore (maquilas en el norte de México, el
Sudeste Asiático y, más tarde, el Caribe y Centroamérica) y de
las redes de producción altamente automatizadas y espacialmente
desmembradas que conocemos hoy.
Muchos
elementos de computación con modem tienen sus orígenes en las
investigaciones auspiciadas por el DoD y la infraestructura de
investigación creada por él continúa produciendo tecnología
necesaria para el NII. La aportación del DoD a las primeras
supercomputadoras fue una contribución a la masiva introducción
de sistemas de funcionamiento en paralelo a finales de los sesenta,
y continúa apoyando el desarrollo de la tecnología computacional
de frontera con el Programa de alto rendimiento en computación y
comunicaciones. (Deutch:1994)
La
vinculación estrecha entre la industria civil y militar está
presente en todos los campos importantes de desarrollo
tecnológico pero destacan entre ellos, en la actualidad, los
siguientes:
·
Creación
de redes tecnológicas avanzadas en coordinación con la industria
y las universidades basándose en el concepto de entramado
global (global grid) y para los fines militares y civiles de
Estados Unidos.
·
Alto
rendimiento en computación creando sistemas capaces de realizar
100 mil millones de operaciones por segundo y posteriormente
billones de operaciones por segundo.
·
Tecnología
para sistemas inteligentes. Incluyen
desciframiento (o comprensión) de imágenes, de lenguaje humano e
integración inteligente de información cuyos propósitos son
desarrollar tecnología de visión artificial para aplicaciones
como la inspección de sistemas de producción, permitir la
interacción directa y natural de las fuerzas militares con
sistemas complejos con base en la investigación lingüística y
lograr la integración y procesamiento de información
heterogénea y de fuentes dispares para presentarla a los usuarios
organizada de acuerdo con su relevancia.
·
Mejoramiento
de la tecnología informática reduciendo el tiempo de creación,
incrementando la confiabilidad y mejorando su mantenimiento
·
Electrónica
avanzada. Sustancial mejoría en el equipo (hardware) para la NII.
Las áreas de investigación comprenden superconductores de alta
temperatura, materiales de alto rendimiento como el arseniuro de
galio y módulos multichip (MCMs) que permiten la integración de
un sistema completo en un solo módulo sin componentes separados.
Con los MCMs los sistemas electrónicos alcanzan altos
rendimientos, mucha mayor confiabilidad, menor consumo energético
y menores costos de producción, permiten nuevos niveles de
rendimiento y miniaturización en equipo de cómputo y
comunicación.
·
Desciframiento
del genoma humano
à
Creación
de una normatividad universal
tanto en el terreno de la guerra a través de organismos como la
OTAN o la ONU y de la gestión económica global mediante la
implantación de criterios determinados supranacionalmente por el
Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, entre otros,
como en el de la producción a través del establecimiento de
equivalentes o referentes generales tecnológicos[17]
que marcan las pautas de la producción, la organización
productiva y la competencia.
El
DoD apoya la creación de normas internacionales para los
servicios integrados de información en amplitud de banda y es
pionero en investigación, desarrollo y evaluación de
criptografía, de verificación de tecnología de computación y
de servicios y productos seguros de información. Ha sido el
encargado de promover un protocolo único para las comunicaciones
internacionales (TCP/IP) y, por lo tanto, ha garantizado con ello
su supremacía sobre el sistema de comunicaciones global.
Estas
normas son fijadas de acuerdo con los criterios estratégicos de
seguridad pero también con las condiciones y posibilidades de sus
industrias de ingeniería de información, de ingeniería nuclear,
etc. De esta forma se mantiene un liderazgo impuesto
simultáneamente por las razones de la economía y de la
“persuación militar”.
à
DoD
es el líder en el uso global de la tecnología de información.
“Sólo las corporaciones verdaderamente grandes tienen sistemas
internacionales de comunicación que se acercan
a los del DoD en tamaño y amplitud y sólo las más
avanzadas de éstas se acercan a la heterogeneidad, complejidad y
diversidad de vínculos integrados que tiene el sistema de
comunicaciones del DoD” (Deutch:1994).
En
el caso de estos sistemas tecnológicos es tan importante la
escala de utilización como la producción, ya que su innovación
y las facilidades que otorga al resto de los sectores se
multiplican con la intensidad y amplitud de su utilización.
La
amplitud de alcance de estos sistemas es base, también, de la
articulación de intereses en torno al control de recursos
estratégicos que son de utilidad múltiple pero esencial como el
petróleo, la biodiversidad o el uranio. “En América Latina
hubo (...) una intensa actividad de teleprospección
coordinada por las transnacionales petroleras (Gulf, Exxon), los
grandes fabricantes de generadores, turbinas y centrales
eléctricas nucleares (General Electric, Westinghouse) y –por
supuesto-, los gigantes de la industria aeroespacial y de
telecomunicaciones (Litton, Hughes Aircraft) en busca de
yacimientos de petróleo, uranio y cobre en la Amazonia (Brasil y
Perú), Venezuela y Chile”. (Rosaslanda:1998, p. 75). Litton y
Hughes son empresas que funcionan bajo el auspicio casi total del
DoD.
Conclusión
El
estudio de la competencia económica y del proceso de
concentración de capital es por sí mismo incapaz de dar cuenta
de la complejidad del proceso de dominación y de la construcción
de la hegemonía mundial, a pesar de su esencialidad. La
dominación económica no puede desentenderse de la violencia que
le es inmanente[18]
y que se evidencia en la dimensión militar de organización del
poder.
El
sujeto hegemónico, sujeto desdoblado que despliega su estrategia
de poder en todas sus dimensiones de representación sólo puede
ser aprehendido en su integridad, que es asimismo el asiento de
sus condiciones de posibilidad. Y es en este horizonte de
aproximación en el que se evidencian los complejos y variados
mecanismos de construcción del poder hegemónico pero también es
el que permite vislumbrar sus condiciones de vulnerabilidad y sus
fronteras consustanciales o límites civilizatorios.
Al fin, “las fuerzas presentes en la historia no obedecen
ni a un destino ni a una mecánica, sino al azar de la lucha”.
(Foucault:1977, p. 20)
*
cientista
social da revista Chiapas e representante do Instituto de
Investigaciones Económicas (UNAM) do México
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