LA "OPERACION
CONDOR":
EL TERRORISMO DE ESTADO DE ALCANCE TRANSNACIONAL
Esteban Cuya
Investigador del Centro de Derechos Humanos de Nuremberg. |
Paraguay gozó de un gran
prestigio entre los criminales anticomunistas de diversas
regiones del mundo durante el período dictatorial del general
Alfredo Stroessner, de 1954 a 1989. Además de su ubicación
estratégica en América del Sur, Paraguay les ofrecía una
"estabilidad política envidiable", garantías de
impunidad de los delitos cometidos "y por cometerse",
así como todo tipo de facilidades jurídico-administrativas,
financieras, y logísticas.
Fascistas italianos, nazis
alemanes, terroristas croatas y cubanos, anticomunistas
argentinos, brasileños y españoles, sicarios bolivianos,
genocidas chilenos, y todo tipo de militares y civiles
involucrados en violaciones de los derechos humanos, tráfico de
armas, espionaje, y operaciones criminales eligieron Paraguay
como su lugar de refugio, y fueron acogidos por las más altas
autoridades del país como "combatientes por la libertad"
y "héroes internacionales".
El régimen dictatorial conducido
por el general Stroessner, con la colaboración de militares y
empresarios conservadores, ofreció el contexto de
"paz" e impunidad que buscaban criminales como el médico
nazi Josef Mengele, el jefe de la Logia Masónica P-2 Licio
Gelli, el franquista español Juan León Cordón, entre otros
personajes anticomunistas que se establecieron en Paraguay.
Muchos de los agentes secretos chilenos, responsables de graves
violaciones a los derechos humanos, detenciones y
desapariciones,
como Miguel Estay Reyno, "El Fanta" continuaron hasta
1992 residiendo con nombres falsos en Paraguay.(1)
Ya desde fines del siglo pasado
Paraguay había ejercido una fuerte atracción para racistas
alemanes como el doctor Bernard Forster, quien fundó allí la
colonia Nueva Germania, con el objetivo de aplicar su programa
de pureza racial.(2)
El "modelo paraguayo"
de totalitarismo que aseguraba la "paz social a cualquier
costo" fue elogiado entre otros por el entonces Presidente
norteamericano Richard Nixon, quien reconoció que Paraguay
constituía un eje estratégico clave para la lucha contra el
comunismo. El 4 de mayo de 1968, al llegar a Asunción, Nixon le
dijo a Stroessner: " En el campo de los asuntos
internacionales, no conozco otra nación que se haya levantado más
fuerte que la suya en contra de la amenaza del comunismo".
La dictadura paraguaya despertaba
envidias entre los militares del cono sur de América, que
igualmente aspiraban a dirigir el destino de sus países por períodos
prolongados que les permitieran concretar sus proyectos a largo
plazo. Por esta razón, muchos de los principales agentes
secretos de las tiranías latinoamericanas confluyeron en
Paraguay en diversas oportunidades a fin de aprender de su
experiencia represiva y coordinar estrategias para "limpiar
a la región de la potencial amenaza del comunismo y la
subversión.
Desde fines de los años 60 existían
relaciones fluidas entre oficiales de las fuerzas armadas de
Sudamérica, quienes habían recibido juntos especialización
contrainsurgente en las academias militares norteamericanas,
donde se forjaron lazos de amistad y familiaridad. En otras
etapas al interior de la región, militares latinoamericanos habían
convivido por períodos de seis meses a dos años en centros de
formación de Argentina o Panamá. Estas relaciones de militares
argentinos con sus similares uruguayos, paraguayos, brasileños,
chilenos, bolivianos y peruanos, tendrían sus frutos en los años
de las dictaduras, algunos de los cuales veremos a continuación.
EL CASO PRATS
El 30 de setiembre de 1974, en
Buenos Aires, a las 00.40 horas, cuando retornaban a su
domicilio luego de una reunión social, el ex Vice Presidente de
Chile y Ministro de Estado en el gobierno de Salvador Allende,
general Carlos Prats Gonzáles y su esposa Sofía Cuthbert
sufrieron un atentado con una bomba a control remoto que les
quitó la vida.
Así culminó uno de los primeros
operativos en el exterior de la Dirección de Inteligencia
Nacional de Chile, DINA, comandada por el general Manuel
Contreras, quien consideraba a Prats como uno de los rivales de
más fuerza del general Augusto Pinochet.
Entre los responsables del
atentado contra los Prats se identificó a Michael Townley,
norteamericano experto en electrónica y agente especial de la
DINA, Juan Luis Bulnes Ossa, chileno ultraderechista, y el mayor
del ejército chileno Armando Fernández Larios, quien en
octubre de 1973 integró la "caravana de la muerte",
del general Sergio Arellano Stark, que masacró a 72 prisioneros
en cinco ciudades chilenas. (3)
Para el seguimiento de Carlos
Prats, en la fase preparatoria del crimen, los agentes chilenos
utilizaron placas de la Dirección Federal de la Policía de
Buenos Aires, credenciales de la Dirección de Migraciones,
automóviles asignados al ejército argentino, etc. Así como
este, hubo muchos otros casos en los que policías o militares
chilenos actuaron con total libertad en territorio argentino
contra ciudadanos que huían del régimen de Pinochet.
EL CASO LEIGHTON
Otro Ex Vice Presidente de la República
de Chile, y abierto opositor al régimen de Pinochet estuvo en
la mira de los servicios de inteligencia. Ahora se trataba de
Bernardo Leighton, alto dirigente del Partido Demócrata
Cristiano, a quien cuando se hallaba de visita en Roma se le
prohibió regresar a su país, bajo la acusación de desarrollar
"actividades antichilenas". Leighton promovió el
acercamiento de la Democracia Cristiana con los grupos políticos
de izquierda, a fin de trabajar juntos por el retorno al sistema
democrático en Chile.
El 6 de octubre de 1975, Pier
Luigi Concutelli y Salvatore Falabella, neofascistas italianos,
aliados de Stefano delle Chiaie, temporalmente al servicio de la
DINA, atentaron contra Bernardo Leighton y su esposa, cuando
estaban por ingresar a su domicilio en Roma. Leighton recibió
un disparo en la frente y la bala salió por su oído izquierdo.
Ana Fresno, su esposa, fue baleada en el pecho. Ambos
sobrevivieron luego de varias intervenciones quirúrgicas y
pudieron identificar a sus agresores.(4)
Michael Townley, el
norteamericano integrado a la DINA, que actuaba también con el
nombre de Kenneth Enyart, y su esposa Mariana Inés Callejas,
chilena ocultada bajo el nombre Ana Pizarro, habían coordinado
en Europa (igual que en el caso Prats) los detalles para el
crimen de Bernardo Leighton, encargado a los grupos Avanguardia
Nazionale y Ordine Nuovo, de Stefano delle Chiaie. Incluso se
contó con el apoyo de agentes de la policía secreta del régimen
franquista español, según reveló el fascista italiano Aldo
Tisei a la Corte de Bologna.
EL CASO LETELIER
El 21 de setiembre de 1976 la
DINA ejecutó otro de sus operativos en el exterior. Esta vez
actuó en el corazón mismo del gigante norteamericano,
asesinando en Washington D.C. a Orlando Letelier, ex ministro de
Estado en el gobierno de Salvador Allende, y personaje clave de
la oposición chilena, a quien pocos días antes Pinochet le había
quitado la nacionalidad, por "haber llevado a cabo en países
extranjeros una campaña publicitaria tendiente al aislamiento
político, económico y cultural de Chile", y "por
influir en la política exterior norteamericana demandando la
suspensión total de su ayuda militar a Chile". En el
atentado, cometido con bomba a control remoto, también murió
Ronnie Moffit, quien trabajaba con Letelier en el Instituto de
Estudios Políticos.
Igual que en los casos antes
mencionados, el responsable de coordinar el operativo fue el
norteamericano Michael Townley, un agente incondicional a Manuel
Contreras, jefe de la DINA. "Desde que lo liberamos,
Letelier ha estado dando problemas al gobierno en el
exterior", le dijo Pedro Espinoza, asistente principal de
Contreras, a Townley, cuando le precisó las instrucciones para
la misión de asesinar a Letelier en Estados Unidos.
Para este asesinato el Mayor del
Ejército chileno Armando Fernández Larios realizó previamente
un minucioso trabajo de seguimiento de Orlando Letelier en
Washington D.C. Townley confesó a la justicia norteamericana
que él mismo, con la ayuda del cubano anticastrista Virgilio
Paz, fabricó el artefacto explosivo a control remoto y lo colocó
en el automóvil de Letelier. En el crimen también participó
Dionisio Suárez, del Movimiento Nacionalista Cubano.
Unas semanas antes, agentes
secretos chilenos habían obtenido en Asunción pasaportes
paraguayos y visas para ingresar a los Estados Unidos. También
la cancillería chilena entregó a agentes de la DINA pasaportes
con nombres falsos. Ahora, con el descubrimiento de los archivos
del terror, en Paraguay, se confirma que el asesinato de
Letelier fue gestado por Manuel Contreras, dentro de la "Operación
Cóndor".(5)
LA OPERACION CONDOR
De acuerdo a las investigaciones
realizadas en relación al asesinato de Orlando Letelier, se ha
logrado establecer que el general chileno Manuel Contreras, jefe
de la DINA, concibió y organizó la Operación Cóndor, que
tuvo como tarea "La recolección, el intercambio y el
almacenamiento de datos de inteligencia relacionados con los
activistas de izquierda, los comunistas y los marxistas, con el
fin de eliminar a los terroristas marxistas y sus acciones en la
zona".(6) Esta acusación ha sido
ratificada con algunos documentos hallados en los archivos
secretos de la policía paraguaya.
Contreras viajó hacia Argentina,
Bolivia, Paraguay, Venezuela y Estados Unidos, para exponer su
proyecto represivo supranacional y convencer a los jefes de los
servicios secretos de estos países sobre la importancia de la
coordinación y cooperación "para eliminar al
comunismo" y defender la sociedad "occidental y
cristiana".
El general Contreras sostuvo
desde 1974 varias entrevistas con el general Ramón Camps, Jefe
de la Policía de Buenos Aires, quien años después diría que
"en Argentina no quedan desaparecidos con vida. Asumo toda
la responsabilidad y me siento orgulloso". Otro colaborador
de Contreras, el general Iberico Saint Jeant, Interventor de la
Provincia de Buenos Aires igualmente dijo en la época de la
dictadura militar: "Primero mataremos a todos los
subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, luego a sus
simpatizantes, luego a quienes permanezcan indiferentes, y por
último, a los indecisos."(7)
En agosto de 1975 en su esfuerzo
para concretar la "Red Cóndor", Manuel Contreras se
entrevistó en Washington D.C. con Vernon Walters, director
adjunto de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, de los EE.UU.
En Venezuela se reunió con Rafael Rivas Velásquez, director
del Servicio de Inteligencia venezolano. En Paraguay habló con
los generales Benito Guanes Serrano, jefe de Inteligencia del
Estado Mayor y Francisco Brites, Jefe de la Policía de la República.
Entonces, en el marco de la
"Operación Cóndor" se logró concretar acuerdos
amplios entre los servicios secretos de Argentina, Bolivia,
Chile, Paraguay y Uruguay, y se animó a la participación de
Brasil y Perú. El campo de acción fue fijado entre los límites
de todos los países miembros del acuerdo, estableciéndose
facilidades para el desplazamiento clandestino de agentes de
estos países, y la ejecución de operaciones represivas
conjuntas.
También se aprobó la formación
de equipos especiales de los países miembros, para viajar a
cualquier parte del mundo, con el objetivo de eliminar a políticos
opositores, subversivos o colaboradores de los grupos
terroristas de cualquiera los países de la Operación. En el
marco de este acuerdo se realizaron los operativos criminales
antes mencionados.
Aún antes del golpe de estado en
Argentina (marzo de 1976), ya se habían logrado acuerdos entre
los servicios secretos de ese país y de Chile, para el
intercambio de información "clave" y para facilitar
la captura de militantes izquierdistas chilenos. Esta cooperación
se logra perfeccionar con la "Operación Cóndor".
Numerosos militantes y
simpatizantes de izquierda, chilenos, uruguayos, paraguayos,
brasileños, y bolivianos, establecidos temporalmente en
Argentina fueron capturados en ese territorio así como en
Paraguay, por agentes policiales de sus respectivos países, en
el contexto de esta coordinación represiva llamada "Operación
Cóndor". Quienes más persecución sufrieron en Argentina
fueron principalmente los líderes y militantes del MIR chileno.
Igualmente los grupos de derechos humanos han documentado casos
de represión policial contra ciudadanos alemanes, españoles,
judíos y peruanos, entre otros que figuran entre los miles de
desaparecidos.
Tal como se ha demostrado en
diversos procesos judiciales, los servicios secretos de Chile y
Paraguay tuvieron a su disposición las líneas aéreas
estatales, (LAN CHILE, Líneas Aéreas Paraguayas) así como
"carta blanca" en las cancillerías, el servicio de
correos, los tribunales de justicia, etc.
Igualmente encubrieron sus
actividades con empresas comerciales e industriales
"fantasmas". En Chile se crearon 30 empresas ficticias
al servicio de la DINA y un centro de operaciones formal: La
Empresa Pesquera Chile, de San Antonio. La incursión en el
mundo empresarial y financiero sentaría las bases para crear
mecanismos de protección de los agentes secretos, una especie
de ODESSA chilena, dirigida por el general (R) de la Fuerza
Aerea Chilena, Vicente Rodríguez.(8)
Desde mayo de 1975 numerosos
activistas políticos chilenos son detenidos por la policía
argentina y paraguaya y luego son entregados a la DINA. Jorge
Isaac Fuentes Alarcón, militante del Ejército Revolucionario
del Pueblo, fue arrestado por la policía paraguaya cuando
cruzaba en ómnibus la frontera desde Argentina. Después fue
entregado a los agentes de la DINA en Paraguay y trasladado
ilegalmente a Santiago, a Villa Grimaldi, donde se perdieron sus
rastros. En la captura e interrogatorios de Fuentes Alarcón
participaron, según estableció la Comisión Rettig, "los
servicios de inteligencia argentinos, personeros de la Embajada
de Estados Unidos en Buenos Aires, que mantenía informada a la
Policía de Investigaciones de Chile del resultado de los
interrogatorios, y la policía paraguaya, que capturó y permitió
el traslado clandestino del militante chileno". (9)
Jean Yves Claudet Fernández, de
nacionalidad franco-chileno, militante del Movimiento de
Izquierda Revolucionaria, MIR de Chile, fue detenido el
1.11.1975 en el Hotel Liberty de Buenos Aires y después fue
ejecutado por agentes de la DINA en esa ciudad. Aquí también
hubo una colaboración muy cercana de policías argentinos con
los agentes chilenos de la DINA, a fin de neutralizar la
resistencia política de los activistas del MIR.
La Comisión de Verdad y
Reconciliación de Chile, en su Informe Final documenta los
casos de 33 ciudadanos chilenos desaparecidos tras ser
capturados por agentes argentinos, paraguayos o brasileros y
entregados a la DINA, solo entre 1975 y 1976.
El 22 de diciembre de 1992 el
Juez José Agustín Fernández, descubrió casualmente el
archivo secreto de la inteligencia represiva paraguaya, en una
oficina de la "Sección Política y Afines" de la
Policía de Investigaciones de Asunción, mientras investigaba
el caso de Martín Almada, un profesor que había sido detenido
y torturado en Asunción.
"Yo llevaba el proceso de
una persona que había sido detenida y torturada entre 1974 y
1977. En ese caso él (Martín Almada) había solicitado sus
antecedentes policiales por lo que procedimos a investigar en qué
cuartel policial se encontraban" declaró el Juez Fernández.
"El jefe de la policía de investigaciones nos dijo que
estos archivos y antecedentes habían desaparecido durante el
golpe de estado de febrero de 1989. No quedamos contentos con
esa respuesta", agregó.
Fernández explicó que Martín
Almada, investigó dentro de los círculos policiales y consiguió
una información confidencial que le confirmó la existencia de
los archivos. Entonces, de manera reservada se dirigieron a un
lugar indicado donde descubrieron lo que el periodismo paraguayo
bautizó como "Los archivos del terror".
"Cuando lo descubrimos era
tanta la cantidad de documentos que era imposible dejarlos a
disposición de la policía porque podrían destruirlos,
quemarlos. Así que con la ayuda de un camión del Diario
Noticias de Asunción los llevamos a mi despacho, y luego a un
depósito del Palacio de Justicia", declaró el Juez.(10)
En los archivos abundan
documentos relacionados a casos de detenidos y desaparecidos
paraguayos que el gobierno siempre había negado tenerlos bajo
su poder, por lo cual el Juez Fernández sostuvo :" Hay
testimonios de que en Paraguay hubo tortura, encarcelamiento de
activistas políticos, un estilo de vida, un sistema de control
sistemático de mucha gente". Estos documentos van a dar
muchas luces en los 18 procesos sobre violaciones a los derechos
humanos que actualmente se ventilan en los tribunales de ese país.
El ex dictador Alfredo
Stroessner, ha sido implicado recientemente en el asesinato de
Benjamín y Rodolfo Ramírez, dos hermanos acusados de
pertenecer al grupo armado opositor, Organización Política
Militar, que supuestamente intentaba derrocarlo. Según los
documentos hallados en los archivos secretos, Stroessner conocía
todos los detalles de este y de otros crímenes, y había
intercambiado comunicaciones con el jefe de investigaciones de
la policía, Pastor Coronel, unos de los más sanguinarios
torturadores de Paraguay.(11)
Lo sorprendente del caso es que
este archivo de los servicios de seguridad de Paraguay, incluye
también numerosos documentos relacionados a la "Operación
Cóndor" gestada por Manuel Contreras, el conocido violador
de los derechos humanos, jefe de la DINA. La documentación
hallada ha confirmado que en el marco de este "Acuerdo de
Cooperación" se cometieron los asesinatos del ex ministro
chileno Orlando Letelier, del ex presidente de Bolivia, general
Juan José Torres, asesinado en Argentina; de los legisladores
uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, así como
del doctor Agustín Goyburú, dirigente del Movimiento Popular
Colorado, de Paraguay, y de cientos de activistas políticos
chilenos, argentinos, paraguayos, y brasileños.(12)
Aún más, recientemente el
general paraguayo Benito Guanes Serrano, ex jefe de inteligencia
del ejército, declaró ante el juez Arnulfo Arias, que en 1977,
por su función de enlace entre la policía de Asunción y los
agentes extranjeros, estuvo presente en la entrega de cinco
personas arrestadas en Paraguay, a funcionarios de inteligencia
de Argentina y Uruguay. Los "expulsados" de Paraguay
fueron los uruguayos Gustavo Edison Insaurralde y Nelson Rodolfo
Santana Scotto, y los argentinos Alejandro Logoluso Dio Martino,
José Boll y Dora Landi Gill, quienes luego desaparecieron.
Ahora el general Benito Guanes se halla con detención
preventiva ordenada por el juez Nélson Mora, por el asesinato
de los hermanos Benjamín y Rodolfo Ramírez Villalba. El
atentado contra el Dr. Bernardo Leighton también fue parte de
la "Operación Cóndor".
Se ha encontrado correspondencia
de la policía de la región, registros y hojas de entrega de
detenidos, fichas, fotografías y pasaportes de activistas de
izquierda argentinos, chilenos, paraguayos y brasileños; planes
de eliminación de sospechosos, reportes de desplazamientos de
subversivos por el cono sur, análisis de las actividades de las
Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo, ONGs de
Paraguay, así como informes detallados dirigidos a Stroessner
sobre asesinatos de sus opositores políticos.
También hay allí documentación
que facilitó la estadía en Paraguay de mercenarios croatas,
italianos, cubanos, chilenos, entre otros, y sobre la presencia
de los criminales nazis en el cono sur de América, así como
sobre el asesinato de agentes israelíes que los perseguían,
las conexiones de los servicios secretos con la CIA
norteamericana y el narcotráfico. Hay suficientes e
irrebatibles pruebas de que se practicó el terrorismo de estado
a escala internacional. La documentación hallada y los
testimonios de varios de los agentes implicados, demuestra la
complicidad de la policía y el gobierno de Paraguay con la
brutal represión ejercida por las dictaduras de Argentina y
Chile, así como con la de Brasil y Bolivia. También demuestra
como el general Augusto Pinochet amparó la práctica del
terrorismo de estado dentro y fuera de su país. Hay evidencia
de que tanto Pinochet como Stroessner dedicaron especial atención
al fortalecimiento y la coordinación de sus servicios de
seguridad, objetivo para el cual se reunieron en diversas
oportunidades.
Se alcanzó tanta eficiencia en
la represión a los disidentes políticos, que incluso
funcionarios del Departamento de Estado norteamericano
reconocieron que "Los servicios de inteligencia del cono
sur se han reunido y tienen un programa claro de ayuda mutua. La
policía secreta anda por el mundo con gran libertad. En América
Latina el sistema funciona casi a la perfección", tal como
lo afirmó Patricia Derian, subsecretaria para asuntos de
derechos humanos en A.L. del Departamento de Estado.
PORQUE NO SE DESTRUYERON LOS
ARCHIVOS DE LA REPRESION?
Es probable que los altos jefes
militares y policiales implicados en las violaciones de los
derechos humanos y que participaron de la "Operación Cóndor"
tenían la esperanza de la restauración de la dictadura de
Stroessner.
Cayeron en un exceso de confianza
que los inmovilizó ante cualquier necesidad de destruir
documentación que aunque era acusatoria contra ellos, al mismo
tiempo les iba a seguir siendo útil en el futuro. Los registros
de inteligencia están actualizados con respecto a Paraguay
hasta el año 1991, dos años después del golpe que quitó el
poder a Stroessner y terminó con su dictadura.
En realidad el descubrimiento de
los "Archivos del Terror" se logró gracias a que
policías descontentos con sus jefes colaboraron con las
autoridades judiciales. Estos mismos policías han denunciado cómo
reina la corrupción al interior de los organismos castrenses y
policiales.
Para nadie en Paraguay era un
misterio saber que los más altos jefes policiales y militares,
intendentes, funcionarios públicos vinculados al general
Stroessner formaban parte de la inmensa cadena de corrupción
moral y política tejida en los largos años de dictadura de
Stroessner.
El contrabando de autos robados
en Brasil y Uruguay, y su posterior venta en Bolivia y Perú, el
tráfico de cocaína, los casinos de juego, el lavado de dinero
proveniente del narcotráfico, las cadenas de prostitución
entre innumerables actividades ilícitas, eran ejercidas
abiertamente por algunas de las más altas autoridades
policiales y militares de Paraguay, tal como se ha comprobado en
los últimos meses. (13)
Más que dedicarse a su función
de seguridad muchos de los jefes policiales y militares estaban
atareados en la administración de sus negocios corruptos y
llevaban una vida disipada, confiados en la impunidad con la que
la dictadura los había premiado por su lealtad para mantener el
orden establecido y "la paz nacional".
El coronel de Infantería
paraguayo Luis Catalino Gonzáles Rojas, denunció en octubre de
1992 a varios de estos jefes militares y policiales implicados
directamente en el contrabando de autos robados como el general
de división Humberto Garcete, Comandante en Jefe del Ejército,
y los generales Emilio Balbuena, Aladino Enciso, y Lorenzo
Carrillo, quienes han sido procesados y sancionados por ese
delito.(14)
El Jefe del Estado Mayor de las
Fuerzas Armadas, general Francisco Sánchez, ha sido destituído
y procesado por extorsiones, estafa y por haberse apropiado ilícitamente
de una empresa de juegos de azar. Francisco Brites, el
tristemente recordado Jefe de la policía de Paraguay, amigo de
Manuel Contreras, de la DINA, es propietario, junto con su
esposa, de 130,000 hectáreas de terreno y de casi un centenar
de fincas por todo el país.
Hoy estos jefes del ejército y
de la policía de Paraguay enfrentan diversos procesos
judiciales por sus delitos vinculados al contrabando de autos
robados, la falsificación de documentos, la malversación de
fondos públicos, etc. Sus actividades "empresariales"
desplazaron a las ocupaciones policiales.
De esta forma se explicaría que
los principales jefes de la policía y el ejército de Paraguay,
vinculados al sistema Cóndor de represión hayan descuidado la
seguridad de su archivo central, que está abriendo nuevos
conocimientos sobre las actividades encubiertas de los servicios
secretos del cono sur de América, y están ayudando a
interpretar y comprender más cabalmente el destino de cientos
de luchadores sociales y activistas políticos latinoamericanos.
Los documentos hallados se están
procesando con la ayuda de personal de los organismos defensores
de los derechos humanos de Paraguay, luego de rechazarse un
ofrecimiento de la Agencia Interamericana de Desarrollo, AID, de
los EE.UU., organismo que se ofreció para microfilmar los
archivos.
Diputados paraguayos acusaron a
la AID de pretender borrar las huellas de la colaboración de
los servicios secretos de los EE.UU. con la dictadura paraguaya
y los sistemas represivos del cono sur.
Convencidos de la importancia de
la documentación descubierta, abogados y representantes de
organismos de derechos humanos de Brasil, Argentina y Chile,
viajaron a Asunción, a revisar "los archivos del
terror", en los cuales han encontrado evidencias
inculpatorias contra los jefes de los servicios secretos de la
región.
Con el descubrimiento de
"Los Archivos del Terror" en Paraguay se han abierto
nuevas posibilidades para aplicar la justicia a los principales
agentes represivos del cono sur de América, de tal modo que sus
delitos no queden en la impunidad. La esperanza ha renacido en
los familiares de las víctimas de la represión en Argentina,
Paraguay, Brasil y Chile mientras que el general Manuel
Contreras, así como sus protectores y cómplices (Léase
Pinochet) "tiemblan" ante las nuevas evidencias de su
terrorífico trabajo.
NOTAS:
(1) SALES. F.
"El Paraíso Azul". en: Diario "El País".
Madrid15.2.1988; CAMUS María Eugenia. APSI. 441, Santiago 1993.
(2)PAGINA 12.
Buenos Aires, Argentina 7.2.1993. Pág. 4
(3) AHUMADA
,Eugenio; ATRIA, Rodrigo; EGANA, Javier Luis; GONGORA, Augusto;
QUESNEY, Carmen; SABALL, Gustavo; VILLALOBOS, Gustavo.
"Chile la Memoria Prohibida". Las violaciones a los
Derechos Humanos 1973- 1983" Pehuén Editores. Colección
Testimonios. 3 tomos. Santiago de Chile, mayo de 1990. (IV Edición).
Esta obra contiene abundante documentación sobre los atentados
contra Prats, Leighton, Letelier, y otros numerosos opositores
al régimen de Pinochet. VERDUGO, Patricia: Los Zarpazos del
Puma, Santiago de Chile, CESOC, 1989.
(4) El Mayor del
ejército chileno Fernando REVECO declaró a la periodista
Patricia Verdugo que dos semanas antes del atentado contra
Leighton, escuchó al Comandante del Regimiento Blindados, a
quien Pinochet visitaba frecuentemente: "!Y qué te parece
este desgraciado de Bernardo Leighton, las cosas que anda
haciendo afuera". "Pensé que seguramente Pinochet lo
había calificado de traidor a la patria o algo parecido delante
de los oficiales", dijo Reveco. "Y no pasaron quince días
cuando se supo del atentado contra Leighton y su esposa en
Roma",agregó. VERDUGO; Patricia."Los Zarpazos del
Puma" Pág. 63. CESOC, Santiago de Chile, Septiembre de
1989.
(5) En el proceso
por el asesinato de Aldo Moro, en Italia, se descubrió que sus
asesinos tenían pasaportes legítimos otorgados por las
autoridades paraguayas. La información fue proporcionada por el
Dr. José Fernández Estigarribia, Presidente de la Asociación
de Abogados Latinoamericanos para los Derechos Humanos, en su
Informe sobre la Política Exterior del Paraguay. "Coloquio
sobre Uruguay y Paraguay, la transición del Estado de Excepción
a la Democracia". Pág. 148. SIJAU, Montevideo, marzo de
1985.
(6) "Las
Huellas del General Contreras". APSI 289. Santiago30 de
enero al 5 de febrero 1989. Págs. 8-10.
(7) MARIA LOZADA,
Salvador; VIAGGIO, Julio; ZAMORANO, Carlos; BARCESAT, Eduardo.
"Inseguridad y Desnacionalización. La Doctrina de la
Seguridad Nacional".(Pág.107) Liga Argentina por los
Derechos del Hombre. Ediciones Derechos del Hombre. Buenos
Aires, julio de 1985.
(8) A fines de
1992 se descubrió en Santiago de Chile la "cofradía"
que los ex represores y agentes de la DINA, juntamente con los
oficiales y agentes de inteligencia militar habían organizado
para asegurar el fácil cambio de nombre y la rápida obtención
de nuevos documentos de identidad, tanto de los ex agentes como
de sus familiares. Dicha organización, también conocida como
"Sociedad Benefactora" igualmente les garantizaba la
adquisición de pasaportes y visas de residencia en otros países,
la transferencia de recursos económicos y financieros, y
sistemas de desplazamiento para evadir los controles policiales
y las demandas judiciales. La "Cofradía" funcionaba
en un local de la calle Teatinos, a pocos pasos del Palacio de
La Moneda y estaba a cargo del General (R) de la FACH y ex jefe
de Inteligencia de esa institución,Vicente Rodríguez. (APSI
441, Santiago 1993)
(9) RETTIG
GUISSE, Raúl; CASTILLO VELASCO, Jaime; CEA EGAñA, José Luis,
JIMENEZ DE LA JARA, Mónica; MARTIN DIAZ, Ricardo; NOVOA
VASQUEZ, Laura, VIAL CORREA; Gonzalo; ZALAQUETT DAHER, José.
"Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación".
Texto oficial Completo. Publicado por el Diario "La Nación".
287 págs. Santiago de Chile 5.03.1991
(10) POO,
Ximena. "La Riesgosa Labor del descubridor". Diario LA
éPOCA. Santiago de Chile 28.2.93. Págs.2 y 3. También en la
edición del 1.3.93. Pág.2. y del 17.3.93, Pág.2
(11) CLARIN
18.1.93 Pág. 13
(12) El Senador
Zelmar Michelini, dirigente del Frente Amplio y el doctor Héctor
Gutiérrez Ruíz, Presidente de la Cámara deDiputados de
Uruguay, fueron secuestrados y asesinados en Argentina por un
comando conjunto de militares uruguayos y argentinos.(Uruguay
Nunca Más. SERPAJ 1989) AMORIN, Carlos; BLIXEN, Samuel.
"Se destapa la multinacionadel Terror". Revista Cambio
16 Número 1114 Madrid 29. 3. 1993. Págs.10-15.
(13) PALAU, Tomás;
LUGO, Félix; ESTRAGO, Gloria. (Compiladores) "Dictadura,
Corrupción y Transición".BASE Investigaciones Sociales.
Asunción, Junio 1990. (Investigación para el Tribunal
Permanente de los Pueblos, en la cual se documenta la corrupción
en los más altos niveles de la administración pública y de
los servicios policiales y militares de Paraguay)
(14) COMAS; José.
"Un coronel destapa la olla de la corrupción militar en
Paraguay". Diario "El País". Madrid 18.11.92 . Pág.
11. "Paraguay, paraíso del contrabando de coches".El
País 6.3.1989.
Artículo publicado en la
revista Memoria" N° 5, Nuremberg. diciembre de 1993.
Citar como: Cuyas, Esteban La
"Operación Condor": El Terrorismo De Estado De
Alcance Transnacional KO'AGA ROÑE'ETA se.vii (1996) -
http://www.derechos.org/vii/1/cuyas.html
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